Un grupo de investigadores, codirigido por un uruguayo, consiguió transformar energía solar en combustible de una forma estable, eficiente y rápida. La innovación fue publicada en la revista Science.
Desde hace décadas, científicos se plantean cómo conseguir que la energía solar, un recurso vasto pero desigualmente distribuido, pueda ser almacenada y transportada a sitios poblados. Eso ha motivado la búsqueda de recetas para transformarla en combustible líquido como la gasolina que es usada en automóviles y aviones.
Uno de esos investigadores es el uruguayo Aldo Steinfeld (1960), ingeniero aeronáutico del Technion (Israel), doctorado por la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) y actualmente profesor del ETH Zurich (Instituto Tecnológico Federal de Suiza) y director del Laboratorio de Energía Solar en el Instituto Paul Scherrer (Suiza).
Steinfeld investiga el campo de los combustibles solares desde hace más de 15 años. Los últimos dos años se dedicó "intensamente" al desarrollo del prototipo de reactor solar, cuenta a El País. Lo hizo junto al profesor Sossina Haile, del Instituto Tecnológico de California (Caltech) y cinco estudiantes de postgrado.
"La idea básica es un ciclo termoquímico para la disociación de dióxido de carbono e hidrógeno, utilizando radiación solar concentrada como fuente energética de alta temperatura en el proceso"
En términos más sencillos, eso implica conseguir gasolina con agua, dióxido de carbono y luz solar. Es por eso que el desarrollo fue comparado a nivel científico con el proceso que efectúan las plantas.
De todos modos, Steinfeld señala que, además de que ambos utilizan agua, dióxido de carbono y luz solar para producir combustible limpio en un ciclo cerrado, "no hay muchas más similitudes" entre ellos. "El proceso de las plantas es la fotosíntesis a temperatura ambiental. Nuestro proceso es termoquímico a altas temperaturas (por encima de 1.500°C) con el potencial de alcanzar una alta eficiencia de conversión de energía solar al valor calorífico del combustible", señala.
El equipo logró una conversión solar a combustible con una eficiencia energética del 0,8%. Ahora los investigadores plantean mejorarla y optimizar la tecnología del reactor. La meta: aumentar la escala para utilizarla en torres solares, que ya son aplicadas en la generación de electricidad.
El científico es cauteloso respecto al calendario de aplicación industrial, pero arriesga una fecha. "El potencial de los combustibles solares ha sido varias veces sobreestimada en el corto plazo y subestimado en el largo plazo. Todavía tenemos mucho trabajo de investigación y desarrollo para llevar a cabo, pero para el 2020 deberíamos ser capaces de ser testigo de la puesta en funcionamiento de la primera planta de combustibles solares", afirma. "Los resultados hasta ahora ofrecen pruebas convincentes para la viabilidad técnica de los enfoques termoquímicos de los combustibles solares generados de agua y dióxido de carbono, mientras se alcanzan los esfuerzos para transformar el concepto de laboratorio en una tecnología central para el futuro de la energía sustentable", añade.
Para 2020 proyectan la primer planta de combustible solar.
Futuro
Para el profesor Aldo Steinfeld los principales desafíos que enfrenta es lograr un diseño sólido, confiable y escalable del reactor termoquímico solar y conseguir una transferencia de calor y una conversión económica eficiente. También reducir de la contaminación ambiental en el precio final de los combustibles fósiles.
FUENTE
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
Tremendo avance! Había pensado en algo similar, pero claro solo en conepto, porque no tenia una buena idea de los principios físicos para lograrlo.
Publicar un comentario